UN AÑO
Después de un año siento: Que tú dibujas la vida y el tiempo la colorea. Que se puede llenar el hueco de un corazón arrancado con recuerdos maravillosos. Que prefiero recordarte en una sonrisa que no en una lágrima. Que las lecciones las dan cosas tan pequeñas como tú. Que las punzadas me recuerdan que no te olvido. Que eres grande por tu propósito en la vida y por tu luz en la muerte. Que la palabra Amor ya no necesita diccionario desde que llegaste y que la palabra olvido ya no existe desde que te fuiste. Que el deseo de morir se frena con la esperanza. Que el verbo ser no se conjuga en pasado si hablo de ti. Que un año son trescientos sesenta y cinco duros días, con sus duras horas, sus duros minutos y sus duros segundos.