SILENCIO
No tengo nada que decir, es tiempo de silencio. Aunque la boca calla, mi estómago habla y habla. Y por más que los borbotones del verbo estallen, es momento de prudencia, para que se serene el alma y el sigilo nos desnude, también, por dentro. Porque fuera llueve y dentro, mojada como estoy, siento que se evapora el silencio. No puedo hablar, se ahogarían las palabras, aún así no ceso mi discurso y un eco mudo me corroe. Cuando salgo, de nuevo la tormenta, sobre... y dentro. Te diría que no callases. Inquieta me tienes. Te diría tantas cosas, sí a ti, a la que dice grandes estupideces, quizá así pudiese rezarlo completo. Te diría..., pero siento que ya no encuentras consuelo. Te diría uno por uno mis sentimientos, menos mal que la prudencia y la esperanza me frenan. ¡Shhhh! Un solo dedo me calla por fuera, ahora el reto está en el silencio por dentro.