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Mostrando entradas de noviembre, 2012

DOS AÑOS DE BLOG

Hace dos años que arranqué un trocito de mí para enseñarlo aquí sin pudor, sin anestesia, sin tapujos, sin mentiras y sin verdades.  Y me gusta releerme, y no avergonzarme, y no arrepentirme, porque a lo hecho...pecho y a toro pasado... ...1.-Me siguen encantando las mismas cosas, sobre todo ser torpe para que la vida me enseñe.  2.-Le diría a la que  dediqué el post de la boda que no se casara, pero ya es demasiado tarde. 3.-Ana sigue siendo hija del amor, eso no lo puede cambiar una traición.  4.-La discusión más larga del mundo se ha convertido, para mí, en la voluntad de Dios  y la segunda parte, también. 5.-La locura no me define, el mundo está loco y si yo no estuviese cuerda sería una loca muy graciosa.  6.-Leo que  estaba de mal rollo con toda la razón del mundo, poco después se supo y allí estaban ellos; mis amigos.  7.-Sigo teniendo aquí a mis padres a los que dije cuánto les quería, y  que me hicieron amar la vida tal y como viene; con el sentido que expliqué

ALEA JACTA EST

Cuando elegimos un camino lo hacemos en perjuicio de otro que se queda mutilado en el mundo del qué hubiera pasado si. No es hora de mirar atrás, no es cuestión de conjeturas, no son buenos los tormentos. Pero ¿qué deja de pasar cuando elegimos?, ¿qué consecuencias tiene esa nada?, ¿cómo creer en lo que no existe?, ¿qué más da si "alea jacta est"? La existencia de estas cuestiones es suficiente para inventar, en el mundo de la imaginación, una vida que no se vivió, que no se sufrió o disfrutó, que no se escribió. Dejé pasar la primavera y también el verano pero ya no estaba dispuesta a dejar  pasar más tiempo. Todo se estaba colocando allí arriba y ya sólo quedaba una pista para que, una vez acertada, se nos concediera el privilegio del destino, aunque estuviese haciendo trampa y fuese un sino manipulado.  Me coloqué la mejor de mis sonrisas y me puse el carmín por montera antes de guardar mi turno. Por fin iba a librarme de la frase que tanto tiempo había ensayado d

NO MOLESTAR, ESTOY INVENTANDO

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Desde pequeña tengo el deseo de inventar algo, así como por casualidad, que ayude a los demás a que su vida sea un poco mejor. A medida que me voy haciendo ¿menos niña?, los factores que influyen en un buen invento se dispersan y corro el riesgo de fracasar en esa tarea que no quiero que se quede pendiente o, peor aún, olvidada.  Hoy de aquí no salgo hasta que invente. Así que por favor, no molestar En mi invento no existe ni el espacio, ni el tiempo. Todo tiene colores hermosos y una textura que va y viene, que se contrae y se dilata a voluntad del momento. Y el momento no se puede medir, por eso me cuesta explicar con palabras de aquí como son los instantes en mi invención. Es aleatorio, caprichoso y no recuerda, de ahí que las situaciones se conviertan en un bucle caótico que te lleva desde la niñez, cuando jugabas en el patio del colegio, hasta el galopar del corazón perturbado por un primer beso, desde el sonido de la palmada de la vida hasta la expiración que nos a