DESPEDIDAS
Las despedidas son puentes invisibles hacia un futuro de esos que se dicen inciertos. Para unos son miedo, para otros esperanza, emoción, aventura. Para la que se queda es una mezcla de emociones fotografiadas en cada una de las lágrimas que sin pena se derraman por la mejilla. Las despedidas son emotivas, luego llega la costumbre y después el reencuentro. Para la que se queda, la despedida es un nudo en el estómago, un temblar de barbilla, un egoísmo profundo y una generosidad en forma de amor. Las despedidas llegan y los Pablos preguntan que por cuántos años, la ausencia. Para la que se queda son como un preñado de diez meses coincidiendo con el de hace dieciséis. Esta despedida es el prólogo a un camino que le cambia el significado al verbo truncar, a un diario de madre que ha perdido el control, a acontecimientos en los que siempre está el ausente y al desconcierto de que lo cierto ocurre en este futuro incierto que para evitar la rima no diré que hoy