La sonrisa de Mona Lisa

Después de un año siento: Que tú dibujas la vida y el tiempo la colorea. Que se puede llenar el hueco de un corazón arrancado con recuerdos maravillosos. Que prefiero recordarte en una sonrisa que no en una lágrima. Que las lecciones las dan cosas tan pequeñas como tú. Que las punzadas me recuerdan que no te olvido. Que eres grande por tu propósito en la vida y por tu luz en la muerte. Que la palabra Amor ya no necesita  diccionario desde que llegaste y que la palabra olvido ya no existe desde que te fuiste. Que el deseo de morir se frena con la esperanza. Que el verbo ser no se conjuga en pasado si hablo de ti. Que un año son trescientos sesenta y cinco duros días, con sus duras horas, sus duros minutos y sus duros segundos.

Si hoy fuese el último día de mi vida tan sólo querría sentarme con los míos y reír. Podría hacerlo porque he amado intensamente, porque he pedido perdón en su momento, porque he dicho te quiero hasta parecer bochornosamente empalagosa, porque he conseguido la riqueza extrema deseando sólo lo simple, porque he llorado hasta parecer que mis lágrimas eran rojas, porque he sido mala madre y he intentado rectificar, porque he cometido errores y me he esforzado en repararlos; aunque no lo haya conseguido, porque he deseado que no me quede nada pendiente por hacer, porque solo me queda sentarme con los míos y reir.

Las diez de la mañana de un día cualquiera en un lugar cualquiera. La cara lavada, el pelo alborotado por el viento, anónima entre la gente que camina. Unos con prisa, otros con nervios, otros denotan cierto malestar en su pisar, otros arrastran sus pies con cierto aire nostálgico. Ese mismo día que se presentaba como cualquier otro tachado en el calendario, aprendí que las casualidades no existen. Todo en el universo tiene un orden que es delicioso observar. Es una danza de acontecimientos, que al ritmo de la música que nunca cesa, se van  colocando en su lugar. Todo me lleva al rojo de mi continente.

Deseo que el brillo de una luz sea todo lo que cualquier ser humano quiera alcanzar, si para ello tengo que desnudarme, así lo haré. Me mostraré clara, sencilla, despeinada por el viento, imperfecta, cabreada o dulce. Todo lo que sea necesario para abrir mis ojos y los ojos de todos los que quieran verla. Mi luz está en ese continente hacía el que hoy parto. Allí seré, de nuevo, una niña, una mariposa, un árbol y un refugio.  Comienza aquí mi cuaderno de bitácora. ¿Me quieres acompañar?

Palabras de anónimos, palabras de seudónimos fruto de una imaginación prodigiosa, palabras sugerentes y halagadoras de amantes de los clásicos, poemas de Neruda que me gustaría pensar que han sido buscados expresamente para mí, frases de amigos que me inspiran el amor más tierno que se pueda recibir. Dicen que las palabras se las lleva el viento pero las escritas se graban en el corazón. Gracias

Y uno aprende... que los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.  He estado todo el día pensando en este verso y un cierto halo de tristeza que me ronda por el alma me incrustaba la melancolía en mi ser. Como buena guerrera, me he rebelado y he borrado el signo menos que se apropiaba de mi corazón para recordar lo que hace mucho tiempo aprendí: Y uno aprende... que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale.  Por eso ahora sé que lo hermoso de esa caida es experimentar la sensación de volar.

Cuando dormimos nuestro subconsciente actúa, y soñamos. Pesadillas, sueños hermosos, sueños eróticos, sueños que rozan la realidad, sueños angustiosos, sueños en los que  vamos  desnudos, sueños en los que caemos al vacio y nos quedamos suspendidos en el aire. A veces creemos que no soñamos y otras veces pasamos por situaciones cotidianas en las que decimos: “esto lo he soñado yo”. ¿Pero qué pasa con esos otros sueños que tienen su máxima expresión en la adolescencia, momento en el que pretendemos comernos el mundo? ¿Qué pasa con esa típica frase hecha que dice; “lucha por tus sueños”?, ¿tenemos que seguir  pretendiendo durante toda la vida  que se cumplan? ¿Qué pasa si esos sueños no se cumplen en el plazo de tiempo impuesto por nuestro deseo?, ¿los debemos posponer? ¿Volvemos a soñar aunque la experiencia nos diga que los sueños no se cumplen?  Mientras luchamos por nuestros sueños conseguimos otras muchas cosas por el camino, que no apreciamos y nos hacen seguir siendo soñadores. Po

¿Se debe homenajear a una madre y a un padre?, seguramente que sí  porque a todos nos gusta que un día en concreto sea nuestro gran día, pero ¿si hacemos esto nos redimimos de nuestras culpas al haberlos dejado de lado en muchas ocasiones o lo hacemos como una muestra de amor infinita? Yo no sé porque lo hago, pero es lo que me pide el cuerpo. Quiero decirles que mi amor es incondicional, que ahora que soy madre  es cuando valoro el esfuerzo que han hecho por mí, que sé que sus decisiones me han hecho la persona que soy, que sé que siempre se han cuestionado si lo estaban haciendo bien y que aún hoy cuando rozo los cuarenta lo siguen haciendo, que mis malos modos y mi aparente despreocupación es porque no soporto que se hagan mayores, que intento darles lo mejor de mí aunque a veces no sepa expresarlo, que me perdonen aunque no tengan la necesidad de hacerlo, que vivan felices porque ya no tienen que sufrir  ya que su hija cierra la puerta de su casa  y es feliz sabiendo que ellos lo s

El otro día mi hijo me preguntó: ¿Qué sentido tiene la vida?. Como siempre hago, le contesté desde el corazón y aunque no estaba muy convencida de lo que le dije, me hizo  reflexionar y poco a poco convencerme de que así es. Para mí, este es el sentido de la vida. El sentido de la vida es no tener miedo a vivirla, caer en el camino para saber con toda certeza que eres fuerte para levantarte, empezar el día respirando  hondo por si ese es el día en el que te puedes ahogar, el sentido de la vida es apreciar los pequeños detalles porque esos son los protagonistas de grandes historias, es contar las vivencias negativas como un avance no como un paso atrás, poder decir te quiero, tener mucho miedo y no quedarte inmóvil, el sentido de la vida es valorar todos los días que te ha pasado para darte cuenta que por una jornada mala hay cien buenas, ser buena persona y  estar en paz contigo mismo, es no poder resumir en unas líneas lo intenso que es vivir. El sentido de la vida es: estar en el lec

Tengo un deber y es hacerle un pequeño homenaje a mis AMIGOS. No tengo que decir sus nombres porque ellos saben perfectamente los que son y me han recordado que existe una unión que va mucho más allá de la sangre o de otro tipo de cosas. Cuando tienes a alguien a tu lado en los buenos momentos estas muy agusto y sientes que con ellos no puede ser de otro modo.  Cuando los tienes en los malos, te das cuenta que son los únicos que pueden secar una lágrima y dibujarte una sonrisa, los únicos que tienen fuerzas para sacarte del mar en el que te ahogas, los únicos que no hacen incomodo el silencio, los únicos a los que puedes acudir sin coraza ni  miedo. Son esas personas a las que puedes llamar a cualquier hora y te van a escuchar por más ocupadas que estén sus vidas, son los que no te van a decir lo que quieres escuchar sino lo que debes oír. Son tanto, que como siempre digo, no se ha inventado todavía la palabra.que realmente los defina. Por todo esto y otras muchas cosas, aunque la vida

Enero de 2011 es un mes muy especial, hay 5 lunes,5 sábados y 5 domingos en un solo mes. Esto sucede cada 823 años. Asistimos como espectadores a fenómenos como este, que pasan tan solo una vez en nuestra vida. Hace poco más de un año  asistí a uno y pasó como ha pasado el mes de enero, en  un suspiro,  fue la cosa más hermosa que jamás vi. Esto dejo una huella en mis amaneceres que no puedo olvidar y aunque el sol sale todos los días y esto es maravilloso, nada es ya comparable con lo que ha quedado en mi recuerdo, desde entonces  el rasero con el que mido las cosas espectaculares es muy alto y quizás el milagro de la vida se me haya quedado pequeño.   .

Estaba bloqueada, uno de los objetivos que perseguía en la vida era transmitir un punto de vista optimista que ayudará a los demás a ver siempre el vaso medio lleno. No podía, todo lo que creaba era triste y deprimente, y no se podía permitir mostrarse ante los demás tan vulnerable. Un ejemplo:  Tenía intención de crear una especie de musical, tan de moda en aquellos tiempos, la idea la tenía; un grupo de amigos después del verano contaban sus experiencias, después de las vacaciones, canción: "El final del verano", del  Dúo dinámico. Patético. Buscó y no encontró esa chispa que le hacía sobrevivir y decidió soltar su mierda.. Que mierda ser yo, enfrentarme a los problemas del mundo de los adultos y dejar atrás al Peter Pan que me ha acompañado siempre. Que mierda ser yo, saber que nadie va a venir a sacarme las castañas del fuego. Que mierda ser yo, saber que has tocado ya el cielo y ahora caes en picado. Que mierda ser yo, porque la vida es un suspiro y estoy tomando a

Continuamente me invento historias de modo que mi cabeza parece una coctelera, la necesidad de mostrar al mundo este cóctel de sentimientos y no poder me duele profundamente. Es ante estas sensaciones cuando me planteo si no estaré al borde de la locura. La locura para mi es sentir que la  hierba es agradable  y dejar que esa sensación dure lo bastante como para que se convierta en algo demasiado importante en tu vida. Locura es decir a un amigo "te quiero", sin importar que de este modo seas mas vulnerable. Locura es pensar que lo tienes todo y que seguirás teniéndolo aunque un Lotus no abrace tu muñeca o un mueble no adorne tu casa.  Locura es tener la sensación de que todo en la vida  hasta lo más triste que uno pueda imaginar es causa o efecto del camino que uno debe seguir.

Aún me tenía que peinar mi madre cuando decidí ser bailarina. Era de las primeras cosas que quise y luche por conseguirlo. En pocos años ya   alababan mi talento, este no era gratuito, todos los días antes de ir al cole entrenaba los demi plié   y los grand plié , los jeté   Por la tarde asistía a   clase, en el conservatorio de danza, perdiéndome los juegos en el parque. Con 12 años   todavía no tenía costumbre de leer prensa, pero aquel día, esperando al autobús que me llevaba desde el conservatorio hasta casa, alguien había dejado el periódico en el asiento de la marquesina. A pesar de   llevar mis libros del cole para estudiar un poco en el trayecto decidí cogerlo, lo abrí   y   lo hojeé hasta llegar casi al final donde había un gran anuncio que me estremeció e hizo que pegase un brinco de alegría. Mi sueño estaba allí; participar en un casting para un musical infantil, aunque había un problema. Era en Madrid.   Aún así, nadie se iba a interponer en mi camino, lo tenía decidi