Entradas

Mostrando entradas de enero, 2013

MAMÁ, TE REGALO UN RECUERDO.

Será que me acerco a una velocidad ultrasónica a los 40 y que ya he nacido para todo, que los recuerdos afloran en cada aroma, en cada lugar, en cada comida, en cada tacto, en cada risa. Evoco pasajes de mi vida que ocurrieron cuando tenía dos años. Ya son pasajes, ya son recuerdos, ya son años. Rememoro entusiasmada como no siempre he tenido esta melancolía aunque sí esta visión trágica de la existencia: Un día, supongo que sería abril o mayo, porque recuerdo esa espesura de las sobremesas primaverales, entré al baño. La puerta estaba rota y mis padres ya nos habían advertido que no cerrásemos del todo que después no se podría abrir.  Iba bailando, como siempre, y en una pirueta empujé la puerta tan fuerte que se quedó encajada. Cuando oí el portazo,  con cara de espanto me acerqué a cámara lenta para comprobar que podía abrir. ¡Milagro!, la puerta se abría. El portazo la había arreglado y ya podía  hacer mis necesidades tranquila, sin la inquietud de que el chinchón de mi her

LANTANIA

Érase una vez un país llamado Lantania. Era un lugar fundado por los niños que habitaban en  la delgada línea que separa la inocencia y la edad adulta. En Lantania no había noche y día, lo más parecido al amanecer y al ocaso eran las luces y las sombras. La sombra era una zona  inhóspita por el contrario la luz era una zona llena de actividad. La existencia  en este lugar era placentera, se trabajaba en la siembra de  semillas que se buscan porque no se sabe cómo se encuentran. Nunca decaía el ánimo  y durante muchas cantidades de tiempo se excavaba para explorar  la tierra de las luces, mientras, se compartían risas, esfuerzos, dificultades, canciones,.... En la luz de Lantania no se consideraba opción aquello que perjudicaba a los demás. Se llamaba a las cosas por su nombre. Se hablaba de verdad porque la mentira existía tan solo en el lugar de las sombras. Se usaban todos los dones basándose en el honor y en el amor. Un buen día alguien decidió dejar de buscar y descubrió

DESAHOGO

El acero fundido comenzó a derramarse por la sien y la templanza viscosa le proporcionaba un placer que rozaba el masoquismo.  Delante,  una pantalla invisible que proyectaba la existencia, todo aquello se lo había perdido intentando hallar la fórmula para abandonarlo.  Y así, buscando palabras para explicar, encontrando letras que nadie entienda, fue como llegó a una asignatura pendiente. Mientras dormía, lo ideó todo, y lo inventó tan bien que mereció la pena despertar y vomitarlo tal cual, sin anestesia; al fin y al cabo más que le había dolido a ella. Al final no tuvo valor y continuó debatiéndose  en aquella especie de purgatorio que es la conciencia.

AÑO NUEVO, VIDA NUEVA

Al igual que medio mundo y aprovechando que este caos no había terminado, escribía mi lista de intenciones para el año nuevo.      -Comprarme un abrigo de pelo en las rebajas.      -Ir todos los días al gimnasio.      -Ahorrar para comprarme el mini      -Ir un sábado al mes a un buen restaurante.      -Hacer al menos tres viajes al año... Contrariada porque sonaba el timbre del teléfono interrumpí la elaboración de MI interminable catálogo de propósitos.  -Diga -¿Es usted Eva Gómez Istán?, preguntó una voz anónima. -Sí, ¿quién lo pregunta? -Llamo desde el hospital, su amiga Soledad ha intentado suicidarse.