EL REGALO QUE NUNCA TE HICE
Nunca llegué a regalarte una maleta. Una maleta medio llena o medio vacía, tú eliges. Una maleta para ese nuevo viaje, el viaje de la mayoría de edad, de la independencia. El viaje de una vida llena. Llena de aventuras, de amor mucho amor, llena de Anas, llena de chicos importantes para lo bueno y también, por qué no, para lo malo. Repleta de recuerdos, de años que a partir de ahora pasarán a velocidad de vértigo. Colmada de triunfos y también de fracasos. Saturada de risas, besos, bailes, paisajes, y ventanas a través de las que verás pasar las pequeñas cosas; te recomiendo que cada noche cuando te acuestes pienses en estos minúsculos detalles y no en las preocupaciones. Abarrotada de amaneceres que suceden a una inolvidable noche de fiesta, sexo,… o que son el epílogo a litros de café ingerido delante de unos apuntes. Plagada de celulitis, estrías, canas y arrugas. Bienvenidas sean si están acompañadas de vida, de esa vida que algún día darás. Bienvenidas sean si están acom