PICASSIANA


Tres hijos y unos kilos de más alternados con unos de menos han hecho que se me caiga todo. Cuando me acuesto veo que la carne se desparrama. Entonces intento recolocar las tetas, el ombligo y algún que otro michelín que por ahí anda. Misión imposible, la gravedad tiene más fuerza que un buen aspecto. Y aunque lo escrito parece una queja, todo lo contrario. Me alegro que la maternidad haya dejado su huella y me alegra que Picasso, para pintar desnudos, pensara en mis tetas.

Comentarios

  1. Tócala otra vez Sam21 de enero de 2012, 20:18

    Nunca es mal año por mucho trigo.¡¡viva la abundancia!!

    ResponderEliminar
  2. Demasiadas huellas deja la maternidad.No solamente en el cuerpo,si le doy la vuelta a tu escrito,son las huellas del alma(que no vuelve a ser la misma)las que calan más hondamente.Me alegra volverte a leer.

    ResponderEliminar
  3. Me temo que vas a dejar de ser picassiana pronto.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

MARCAR UNA DIFERENCIA

LA VOZ

DOS MIL CATORCE