PICASSIANA
Tres hijos y unos kilos de más alternados con unos de menos han hecho que se me caiga todo. Cuando me acuesto veo que la carne se desparrama. Entonces intento recolocar las tetas, el ombligo y algún que otro michelín que por ahí anda. Misión imposible, la gravedad tiene más fuerza que un buen aspecto. Y aunque lo escrito parece una queja, todo lo contrario. Me alegro que la maternidad haya dejado su huella y me alegra que Picasso, para pintar desnudos, pensara en mis tetas.
Nunca es mal año por mucho trigo.¡¡viva la abundancia!!
ResponderEliminarDemasiadas huellas deja la maternidad.No solamente en el cuerpo,si le doy la vuelta a tu escrito,son las huellas del alma(que no vuelve a ser la misma)las que calan más hondamente.Me alegra volverte a leer.
ResponderEliminarMe temo que vas a dejar de ser picassiana pronto.
ResponderEliminarSer picassiana es algo inherente a mi.
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