LA CRISIS DE LOS CUARENTA

He buscado poemas.
He buscado canciones.
He buscado fotos de caras con cuarenta años de historia.
Me he empeñado en hacer la crónica de una crisis, la de los cuarenta.
He buscado la fórmula para decir sin que nadie se entere que hay personas que hacen de  este proceso una perdida de la dignidad en tan solo un abrir y cerrar de piernas.
He buscado la película más cursi del mundo para decirte que te amo, o que al menos lo intento, o que al menos lo haré cuando me quite la coraza de este estúpido miedo.
He buscado un momento que se suspenda en el tiempo para que tú no te vayas, tú no crezcas más y tú vuelvas.
He buscado las palabras que derrumben los malditos tópicos y que griten lo que me salga del coño.

EL POEMA
“...Conté mis años y descubrí, que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante, que el que viví hasta ahora...
Me siento como aquel chico que ganó un paquete de golosinas:
las primeras las comió con agrado, pero, cuando percibió que quedaban pocas, comenzó a saborearlas profundamente.

Ya no tengo tiempo para reuniones interminables, donde se discuten estatutos, normas, procedimientos y reglamentos internos, sabiendo que no se va a lograr nada.
Ya no tengo tiempo para soportar a absurdas personas que, a pesar de su edad cronológica, no han crecido.
Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades.
No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados.

No tolero a maniobreros y ventajeros.
Me molestan los envidiosos, que tratan de desacreditar a los más capaces, para apropiarse de sus lugares, talentos y logros.

Detesto, si soy testigo, de los defectos que genera la lucha por un majestuoso cargo.
Las personas no discuten contenidos, apenas los títulos.
Mi tiempo es escaso como para discutir títulos.
Quiero la esencia, mi alma tiene prisa...

Sin muchas golosinas en el paquete...Quiero vivir al lado de gente humana, muy humana.
Que sepa reír, de sus errores.
Que no se envanezca, con sus triunfos.
Que no se considere electa, antes de hora.
Que no huya, de sus responsabilidades.
Que defienda, la dignidad humana.
Y que desee tan sólo andar del lado de la verdad y la honradez.

Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena.
Quiero rodearme de gente, que sepa tocar el corazón de las personas…
Gente a quien los golpes duros de la vida, le enseñó a crecer con toques suaves en el alma.

Sí !!!!!…. tengo prisa… por vivir con la intensidad, que solo la madurez puede dar.
Pretendo no desperdiciar parte alguna, de las golosinas que me quedan…
Estoy seguro que serán más exquisitas, que las que hasta ahora he comido.


http://clienteslatinos.blogspot.com.es/2010/01/lindo-poema-para-la-madurez-de-la-vida.html

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