UN ANTES Y UN DESPUES

Es emocionante salir de ese cuadrilátero cobarde en el que es fácil encarcelarse: "Yo  soy así, quien quiera bueno y quien no también". Por eso mi vida está llena de descubrimientos que son un antes y un después.
Estoy de acuerdo con el  "Yo soy",  pero a partir de ahí todo está por descubrir. La curiosidad, encontrar, escuchar, aplicar  y emocionarme con lo que sucede es un después en toda regla.
Por poner algunos ejemplos, fue un antes y un después para mí abrirle a Dios la puerta, ver "Lo imposible", leer "Cien años de soledad", atreverme a mirar honestamente mi interior, escuchar el silencio, mi interpretación de "Los miserables", conocer a Pablo D'ors, descubrir a Bisila Bokoko, encontrarme en la calle a María del Mar, aceptar lo que es como lo perfecto, ir a Taizé, y todo lo que mis ojos de niña pequeña curiosa y llena de vida encuentran y agradecen.




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